Algunos apasionados de los hongos mágicos apoyan la idea de fumar hongos. Según ellos, fumar los hongos (y normalmente comerlos al mismo tiempo) mejora el viaje. Naturalmente, los demás fanáticos de los viajes de hongos que los consumen de la manera tradicional podrían preguntarse si se están perdiendo algo. Esto nos lleva a dos preguntas. La primera es, ¿puedes fumar hongos? La respuesta corta es sí. La segunda pregunta es, ¿deberías fumarlos? La respuesta corta es: probablemente no.
La respuesta larga es que los efectos de fumar hongos no se han investigado en profundidad. Las pruebas que respaldan el consumo de hongos fumándolos son en su mayor parte anecdóticas. Sin embargo, existen muchas pruebas de que comer hongos funciona bien, y fumarlos casi seguramente no funciona tan bien. Consumir hongos mágicos por vía oral es la forma más eficiente de experimentar un viaje de hongos, y también existen otras razones por las que fumarlos probablemente no sea la mejor idea. Por un lado, los hongos generalmente se fuman junto con otras sustancias, como el tabaco o el cannabis, que pueden alterar un viaje y empeorarlo. En segundo lugar, las esporas de los hongos pueden quedarse atrapadas y acumularse en la garganta o en los pulmones al fumarlos, pudiendo resultar en asfixia. Por último, quemar el hongo destruye sus componentes psicoactivos y por lo tanto no tiene sentido.
Fumar hongos sin duda es posible. Para fumarlos, primero deben secarse y después ser molidos en polvo. Después, el polvo normalmente se añade a un porro junto con otras sustancias, como el cannabis o el tabaco.
A algunos entusiastas de los psicodélicos les gusta fumar y comer hongos al mismo tiempo, puesto que tienen la impresión de que esta combinación mejora la intensidad del viaje. Otros defensores afirman que fumar hongos atenúa el efecto psicoactivo de los hongos, obteniendo así un efecto más suave. Supuestamente, fumar hongos produce sentimientos de euforia, iluminación e intuición. Algunos fumadores de hongos afirman que inhalar el hongo garantiza un buen viaje, aumentando la creatividad, mejorando el estado de ánimo y agudizando los sentidos e infundiendo una sensación de asombro.
El cannabis se puede fumar o comer puesto que tiene que pasar por un proceso llamado descarboxilación para tener efecto. Los cannabinoides deseables, como el THC y CBD, inicialmente son THCA y CBDA, que están inactivos. Para descarboxilar los cannabinoides de la planta y prepararlos para el consumo, el cannabis debe calentarse, quemando el grupo carboxilo en exceso y convirtiendo los ácidos en THC y CBD para poder disfrutar de sus efectos completos. Cuando se fuma, el proceso de descarboxilación ocurre al encender el porro o el bong con un encendedor. En el caso de los comestibles, el cannabis se debe hornear primero para activar sus cannabinoides.
Los hongos mágicos, por otro lado, funcionan de manera muy diferente. Estos contienen un compuesto psicoactivo llamado psilocibina. Esta sustancia es la que distorsiona la percepción del tiempo, hace que los colores se vean más intensos, mejora el oído y crea la sensación de euforia que se experimenta durante un viaje corto. La psilocibina se quema a 180 ℃ o 356 ℉. Por otra parte, la temperatura necesaria para quemar el cannabis y el tabaco es de entre 500 ℃ y 900 ℃, o 932 ℉ y 1652 ℉. Mientras que el cannabis se puede activar al fumarlo, la psilocibina simplemente se quema y no produce ningún efecto. Aunque algunos usuarios que fuman hongos siguen afirmando que fumar ayuda a mejorar el subidón, no existen pruebas concretas de esto. Algunos sostienen que los hongos mágicos se pueden fumar a temperaturas lo suficientemente bajas como para tener efecto, pero, aun así, el colocón es relativamente suave y no dura tanto como el colocón que resulta de comer los hongos.
Fumar los hongos conlleva algunos riesgos que no existen al comerlos. El principal riesgo es que las esporas pueden quedarse atrapadas en la garganta y los pulmones y pueden provocar inflamación en la garganta y el pecho, causando asfixia en el peor de los casos. Una vez que las esporas se quedan atrapadas, es posible que se necesite un procedimiento médico largo e incómodo para eliminarlas.
Además, dado que normalmente los hongos se fuman junto con otras sustancias y a menudo se comen al mismo tiempo, esta mezcla de sustancias químicas podría tener como resultado un viaje muy malo. Algunos efectos negativos pueden incluir paranoia, ansiedad, vómitos, miedo, confusión, dolores de cabeza y lagunas de memoria. Aunque normalmente las posibilidades de tener un mal viaje después de tomar hongos son muy bajas si se comen simplemente, y según un estudio solo un 14% de las personas tienen una mala experiencia después de comer 3,2 gramos, las posibilidades de un mal viaje aumentan cuando se toman también otras sustancias como el cannabis o el tabaco.
En resumen, no existe una buena razón para fumar hongos. Los defensores de esta práctica afirman que fumar y comer hongos al mismo tiempo produce un subidón más intenso, pero no existen pruebas concretas que respalden esta teoría. Algunos también argumentan que fumar hongos hace que el viaje sea más suave, lo que probablemente sea cierto, ya que fumar un porro a temperaturas superiores a 180 °C inactiva la sustancia química que produce los efectos psicodélicos, pero para conseguir este efecto simplemente puedes tomar una dosis más baja. Además, al fumar los hongos las esporas pueden bloquear las vías respiratorias y estos también pueden interaccionar de manera negativa con cualquier otra sustancia con la que se fumen.
En conclusión, no existen buenas razones para fumar hongos y hay varias razones para no hacerlo. Lo mejor es ingerirlos de manera normal.