La Mimosa hostilis, conocida antiguamente como Mimosa tenuiflora, es un árbol o arbusto perenne que crece nativamente (es decir, su semilla no ha sido manipulada por el hombre) en los bosques tropicales desde el sur de México hasta el norte de Brasil, incluyendo los países de Centro y Sudamérica, El Salvador, Honduras, Panamá, Colombia y Venezuela.
La planta pertenece a la familia del guisante (Fabaceae), que cuenta con más de 16.000 especies. Además de por estos dos nombres botánicos sinónimos, también es conocida por varios apodos locales específicos, que incluyen: Jurema, Jurema Preta (Negra), y Calumbi en Brasil, Tepezcohuite en México, Carbón, Carbona, Cabrera, o Cabrero en Colombia, Honduras, y Venezuela.
Solía emplearse como ingrediente en un brebaje muy utilizado, pero la investigación científica sobre esta poderosa planta ha sido abandonada en gran medida, mientras que los colonizadores de sus tierras nativas han eliminado prácticamente su uso en rituales. En la actualidad, esta planta sigue usándose en los contextos locales de su origen por sus propiedades medicinales tradicionales, mientras que la corteza de su raíz es popular entre los psiconautas de todo el mundo al ser legal y al tener un alto contenido de DMT .
Según su antiguo nombre Tepezcohuite, se cree que la Mimosa hostilis empezó a usarse en la medicina tradicional indígena desde las antiguas civilizaciones mesoamericanas, quienes podrían haber sido los primeros en descubrir sus propiedades terapéuticas. Es posible que las culturas prehispánicas, como los mayas y los nahuas, la usasen para curar lesiones e inflamaciones de la piel, y con fines cosméticos.
Estas civilizaciones probablemente no usaron la Mimosa hostilis por sus propiedades enteogénicas, puesto que no es posible liberar su potencial psicoactivo completo a menos que se consuma con una planta que contiene alcaloides ß-carbolinas inhibidores de la monoamino oxidasa como la B. caapi, que en las culturas indígenas de América del Sur es usada para preparar ayahuasca (incluido en el sur de Brasil) o la rue siria (Peganum harmala), que actualmente también es una opción popular de IMOA para preparar infusiones similares a la ayahuasca. Se cree que el efecto sinérgico DMT-IMAO fue descubierto mucho más tarde, en la comunidad indígena Siona cerca del río Putumayo, en la frontera entre Ecuador y Colombia.
No existen prácticamente testimonios escritos de las costumbres indígenas en el norte de Brasil, pero sabemos que, en algún momento, las comunidades que vivían en los bosques tropicales de esta zona empezaron a usar la planta en sus rituales. El Vinho da jurema (vino Jurema) o ajucá, una bebida embriagadora hecha de Mimosa hostilis, era consumida en las ceremonias de curación chamánicas dentro del Culto a la Jurema (O Culto da Jurema), que supuestamente nació en las comunidades indígenas del pueblo tupí. El consumo de esta bebida durante los rituales fue descrito por primera vez en 1788.
Este culto fue, y sigue siendo, dedicado a Jurema, diosa del bosque e hija de Oxalá, una divinidad asociada por los pueblos indígenas con la creación del mundo y la especie humana. Según la tradición, Jurema reina sobre el paraíso mítico del más allá, que también lleva su nombre. Hoy en día, la Madre Jurema también es invocada en las ceremonias de oración del Santo Daime, una religión sincrética brasileña en la que la hoasca (ayahuasca ) es consumida en rituales.
Según afirman, el tradicional vinho da jurema consumido por el Culto a la Jurema induce efectos psicoactivos intensos, incluyendo visiones y una sensación de visitar reinos espirituales, así como sueños vívidos después de la ceremonia. Sin embargo, dado que la infusión elaborada solamente con la corteza de la raíz no tiene un efecto psicoactivo fuerte, es probable que la receta del Culto incluyera zumo de maracuyá, que contiene una cantidad moderada de alcaloides ß-carbolinas, que, a su vez, podrían actuar como inhibidores de la monoamino oxidasa y potenciar la DMT de la Mimosa hostilis.
Además, el vinho da jurema se consume en un entorno muy ritualista, que implica canciones y bailes chamánicos y resulta en lo que muchas veces se describe como posesión en trance de los participantes. Es posible que el efecto del zumo de maracuyá sea, en parte, responsable de este trance, así como de los demás efectos psicoactivos que se experimentan en estas ceremonias. Pero, como se ha demostrado en varios tipos de ceremonias en todo el mundo, el entorno en sí puede ser más que suficiente para lograr estos estados de trance incluso sin el uso de psicotrópicos.
Después de la llegada de los hispanos y hasta el siglo XIX, los colonizadores acusaban a los que bebían jurema de brujería, y muchos de los usuarios eran detenidos o peor por practicar estas "actividades demoníacas". Sin embargo, el Culto a la Jurema no solo implicaba rituales relacionados con el consumo de la infusión. Tenía sus orígenes en la mitología indígena, y el complejo de conceptos que rodeaban el espíritu de la Jurema persistió, aunque de una manera no desafiante, durante la invasión y hasta tiempos actuales.
El beber vinho da jurema también persistió hasta el siglo XX, aunque de una forma mucho más clandestina, o resurgió entonces como un medio para fortalecer la frágil identidad cultural de las poblaciones indígenas diezmadas.
El microbiólogo brasileño Oswaldo Gonçalves de Lima informó en 1946 sobre el uso chamánico del vinho da jurema entre los indios Pancarurú en el sur de Pernambuco. Además, la ceremonia indígena jurema fue más tarde religiosamente adoptada por las iglesias sincréticas umbandistas de la costa brasileña, donde la Mimosa hostilis no crece de forma nativa. Mantener vivo el ritual jurema parece haber servido para conectar a las comunidades indígenas con las raíces de su identidad cultural después de la recuperación de su territorio y de que los colonizadores destruyeran gran parte de sus tradiciones.
Más adelante, con pocos rastros de los rituales de la jurema, el Culto mismo fue catalogado como extinto por Richard Evans Schultes y Albert Hofmann en su libro de 1980, Plants of the Gods. Sin embargo, una vez más, el consumo del vinho da jurema en rituales sorprendentemente fue detectado por Yatra da Silveira Barbosa a finales de la década de 1990.
Barbosa también explicó el resurgimiento del ritual como una forma de conectar con los aspectos antiguos de la cultura, afirmando que "Los hijos de las tribus que originalmente practicaban este ritual, una mezcla de blancos y negros, perdieron poco a poco sus derechos sobre la tierra indígena puesto que ya no eran reconocidos como indios […] Para ser reconocidos como indios, restablecer su identidad y revindicar sus derechos sobre la tierra, tenían que mostrar una tradición. De esta manera, el Culto de la Jurema (O Culto da Jurema) fue recuperado por las tribus indias para restablecer su identidad indígena”.
Sin embargo, Barbosa señaló que la infusión que encontró durante su expedición no era psicoactiva. A pesar de que no existen pruebas sólidas que confirmen que en la preparación del vinho da jurema se utilizaban antes otros ingredientes, este afirmó que "Con el paso del tiempo, la gente de la tribu se olvidó de la planta que contiene ß-carbolina usada para activar el efecto de la Jurema que contiene DMT". También introdujo la rue siria en la comunidad de la aldea de Atikum, con los que se quedó y bebió la infusión. Barbosa preparó las semillas de la rue siria y sirvió la infusión que incluía también Mimosa hostilis a los lugareños. Para el deleite de estos, el resultado de esta combinación fue una ceremonia exquisita, ligeramente aterradora e inesperadamente profunda.
La Mimosa hostilis también se usa en todo el extremo geográficamente opuesto de su área de cultivo nativo, aunque no en rituales. En la actualidad, los herboristas mexicanos tradicionales llaman al tepezcohuite (nombre de la Mimosa hostilis en México) el "árbol de la piel" porque entre sus principales beneficios están el tratamiento de enfermedades de la piel y también se usa para fines cosméticos y antienvejecimiento. Los médicos tradicionales de diferentes comunidades indígenas trituran la corteza de la raíz para preparar infusiones, bálsamos y jabones para regenerar la piel. Además de por sus beneficios dermatológicos, estos también usan la Mimosa hostilis en forma de cápsulas para tratar enfermedades estomacales e infecciones fúngicas.
En el resto del mundo, esta planta no es popular y no se usa en rituales ni en medicina. Actualmente, el uso de la Mimosa hostilis se limita a: preparar una infusión con B. caapi o rue siria para hacer la anahuasca o extraer cristales de DMT de base libre de esta.
El alcaloide más interesante de la Mimosa hostilis es, por supuesto, la dimetiltriptamina o N, N-DMT. Además de DMT, la corteza también contiene taninos, saponinas, otros alcaloides, fitoserotonina, lípidos, fitoesteroles, glucósidos, xilosa, ramnosa, arabinosa, lupeol, metoxicálconos y kukulkaninas.
Un dato interesante sobre la DMT de la Mimosa hostilis es que Oswaldo Gonçalves de Lima, quien dio a conocer el uso indígena del vinho da jurema en 1946, en realidad aisló un alcaloide de la corteza de la raíz de la planta de jurema ese mismo año. Lo llamó nigerina.
Trece años más tarde, en 1959, envió muestras adicionales a una compañía farmacéutica de Estados Unidos, que aisló una concentración casi idéntica de N, N-DMT. El primer aislamiento de DMT de una fuente natural se atribuye normalmente a MS Fish, quien la extrajo de la Adenanthera peregrina (una planta leguminosa perenne usada para hacer tabaco psicoactivo en muchas culturas indígenas de América del Sur) en 1955.
Las piezas del rompecabezas indican que la nigerina podría haber sido en realidad un extracto de DMT contaminado. Si esto es así, Gonçalves de Lima fue en realidad el primero en descubrir DMT en una planta, y la Mimosa hostilis es la primera planta en la que se encontró la DMT.
En cuanto a la cantidad de DMT realmente presente en la Mimosa hostilis, los datos difieren. Según el legendario informe de Jonathan Ott de 1997, las concentraciones de DMT obtenidas de los diversos análisis de la corteza de la raíz de la planta fueron de entre 1 y 11%.
Después, Ott comparó estos niveles con las concentraciones de 0-0,66% encontradas en numerosas muestras de Psychotria viridis, el ingrediente más común que contiene DMT usado para preparar ayahuasca. Incluso la diferencia entre las estimaciones conservadoras del contenido de DMT en la M. hostilis y las estimaciones generosas de las concentraciones en la P. viridis fue significativa, colocando a la M. hostilis muy por delante en cuanto a su potencia psicodélica.
Ott pasó a contrastar las cantidades de materia vegetal sólida usadas para elaborar el vinho da jurema y la ayahuasca, respectivamente, y llegó a la conclusión de que la jurema contenía "al menos 2,5-3,0 veces más DMT que la ayahuasca".
La Enciclopedia de Plantas Psicoactivas de Christian Rätsch incluyó más investigación sobre la M. hostilis, e indicaba un rango más preciso y conservador del contenido de DMT en la corteza de la raíz, de entre 0,57 y 1,7%. Un estudio de 2005 encontró 0,33% en la corteza, lo que la hace comparable a la P. viridis. Hoy en día, una concentración del 1% es aceptada mayormente como el contenido promedio de DMT en la M. hostilis.
También se descubrió que la corteza del tallo y las flores de la planta contenían algo de DMT, pero solo en pequeñas cantidades, alrededor de 0,03% y 0,01% respectivamente.
Aunque la corteza de la raíz, usada normalmente para preparar el vinho da jurema, contiene una cantidad sustancial de la molécula psicoactiva DMT, consumir brebajes elaborados solamente con ella no producirá efectos psicoactivos, a menos que se ingieran dosis extremas.
Esto es debido al hecho de que, cuando la DMT se ingiere por vía oral, esta es descompuesta rápidamente por las enzimas monoaminooxidasa (MAO) al llegar al estómago. Al igual que ocurre en el caso de la ayahuasca, se requiere un segundo componente para inhibir estas enzimas y permitir que la DMT pase al torrente sanguíneo y al cerebro. La ayahuasca se prepara usando la vid B. caapi, cuyos alcaloides β-carbolinas se encargan de este proceso de inhibición. Aunque existen algunas afirmaciones en varios informes, no se han encontrado alcaloides β-carbolinas en la Mimosa hostilis.
Entonces, ¿cómo podría esta planta haber sido usada en rituales si no es psicoactiva al ingerirse oralmente?
Existen varias teorías sobre esto, pero la verdad es que no lo sabemos con certeza.
Una explicación, que ya hemos mencionado, es que el Culto a la Jurema original puede haber usado un ingrediente adicional que contiene inhibidores de la monoamino oxidasa, como el zumo de maracuyá, o tal vez incluso las semillas de rue siria, que son más potentes, pero menos locales.
Una explicación diferente es que parte de la DMT de la M. hostilis puede estar unida a algunos radicales u otros compuestos, lo cual hace que no se descomponga cuando se consume por vía oral. Esto es lo que ocurre con la psilocina en los hongos mágicos. Este compuesto es en realidad la 4-HO-DMT, o N, N-DMT con cuatro radicales hidroxi, que lo protegen de ser metabolizado por las enzimas MAO intestinales.
También se especula que los alcaloides β-carbolinas pueden ser producidos de manera interna por el cuerpo de alguna forma mediante la serotonina contenida en la planta. No existe un fundamento bioquímico sólido detrás de esto, que nosotros sepamos.
Otra teoría reciente afirma que un compuesto que se aisló de la M. hostilis y se llamó yuremamina podría haber ejercido algún tipo de efecto sobre la DMT para evitar que fuese metabolizada. Durante el descubrimiento, se pensó que este compuesto era el primero de una nueva clase de fitoindoles. Sin embargo, la síntesis total y revisión posterior de la estructura molecular propuesta mostró que es solo un derivado flavonoide y que no podría tener tales efectos químicos. Hemos mencionado esta teoría refutada para recordar que en realidad no tenemos una imagen completa de cómo funciona y en qué consiste la M. hostilis. La ciencia debería prestar más atención a esta increíble planta.
Lo más probable es que el vinho da jurema preparado por los indígenas simplemente contenía muchísima la corteza. Abrumar la MAO del cuerpo probablemente permitiría que algo de DMT se colase en el cerebro e hiciera su efecto.
El uso medicinal de esta planta nunca trascendió los límites del uso tradicional en sus culturas nativas. Por esto, existe poca investigación científica disponible para confirmar sus supuestos beneficios terapéuticos. Una excepción es su efecto estimulante del sistema inmunitario, que fue descrito en 1993. A continuación, enumeramos sus usos en la tradición indígena.
Los tónicos y las soluciones tópicas de Mimosa hostilis se utilizan para:
Dependiendo del ingrediente inhibidor de la monoamino oxidasa elegido, el proceso de preparar anahuasca o pharmahuasca con M. hostilis como fuente de DMT puede ser bastante sencillo o un poco más complicado.
La forma más fácil de preparar la Mimosa hostilis para el consumo es remojándola en agua. Así lo hacían tradicionalmente muchos chamanes del Culto a la Jurema. Dependiendo de la experiencia que tengas con esta planta, debes remojar entre 10 y 30 g de corteza de raíz finamente triturada o en polvo en 150 ml de agua fría durante una hora, agitándola ocasionalmente. Después, la materia vegetal debe filtrarse y el proceso debe repetirse de nuevo con agua fresca. Colar de nuevo y consumir ambos líquidos. Rápido y fácil.
Sin embargo, preparar una infusión con la Mimosa hostilis debería producir una experiencia significativamente más intensa que prepararla remojándola en agua fría, y se necesita significativamente menos corteza, entre 5 y 10 g, según la experiencia que tengas. Si eliges preparar una infusión, debes tener en cuenta lo siguiente:
El proceso de elaboración de la infusión en sí es bastante sencillo si sigues los pasos atentamente:
Por último, se deben preparar los inhibidores de la monoamino oxidasa. Los ingredientes más usados para esto son las semillas de la ruda siria, la vid B. caapi (corteza desmenuzada o en polvo, o extracto concentrado), o un alcaloide ß-carbolina individual o más, según prefieras.
Los inhibidores de la monoamino oxidasa deben ingerirse al menos 15-20 minutos y hasta una hora antes que la Mimosa hostilis. Esto les dará tiempo a inhibir las enzimas que normalmente metabolizan la DMT una vez que esta llega al estómago.
Muchos psiconautas prefieren obtener la DMT de la Mimosa hostilis en vez de preparar la corteza. La ventaja de extraer cristales de DMT es que se pueden guardar indefinidamente y consumirse con mayor facilidad, ya sea de forma oral simplemente disolviéndolos en agua, tomándolos en una cápsula, o fumando o vaporizándolos. Sin embargo, la extracción de DMT es un proceso químico y requiere un poco más de esfuerzo que la preparación de la infusión.
Existen muchas maneras de extraer dimetiltriptamina de base libre de la Mimosa hostilis. La química de la extracción es bastante sencilla, pero el proceso en sí debe abordarse con precaución y llevarse a cabo con precisión para evitar posibles accidentes químicos y obtener un resultado de buena calidad.
La manera más sencilla de aislar la DMT es disolviendo la corteza de la raíz de Mimosa hostilis, que se debe moler finamente para maximizar el área superficial de la que se pueden extraer los alcaloides. A continuación, vamos a describir brevemente el proceso:
Existen otros métodos más complejos de extraer DMT de base libre y, en términos generales, cuanto más trabajo requieran, mejor y más puro será el resultado. Puedes encontrar muchos métodos descritos detalladamente aquí. El tek de Noman es el que se usa normalmente, y se recomienda como el mejor en términos de relación de calidad-esfuerzo-rendimiento.
Puesto que la principal sustancia psicoactiva de la Mimosa hostilis es la DMT, se aplican las mismas advertencias y restricciones de uso.
Los efectos secundarios fisiológicos más frecuentes del consumo de DMT incluyen: un incremento del ritmo cardíaco y de la presión arterial, mareos, confusión, falta de coordinación, náuseas (especialmente si la infusión de M. hostilis ha sido preparada sin extraer los taninos, o si la infusión o la DMT de base libre se consumen con un brebaje a base de B.caapi, que a menudo induce náuseas y purga por sí sola), escalofríos, espasmos y, posiblemente, una pérdida del conocimiento. Si tienes un problema cardíaco preexistente, como hipertensión, debes tomar precauciones máximas al consumir una infusión de M. hostilis y/o B. caapi, así como DMT, o evitar consumirlas por completo.
Las experiencias con DMT y anahuasca/pharmahuasca se disfrutan mejor en un ambiente espacioso y cómodo, ya que la pérdida de coordinación puede provocar lesiones si el espacio no es lo suficientemente seguro. Se recomienda tener a tu lado a una persona sobria durante el viaje, especialmente si eres novato.
Las alucinaciones visuales que la DMT puede provocar pueden distorsionar significativamente tu percepción del entorno. Esto puede dar lugar a confusión, que puede convertirse en ansiedad o pánico. Las visualizaciones con los ojos cerrados también pueden ser abrumadoras y pueden provocar una sensación de malestar o miedo o, en el peor de los casos, un trauma psicológico. Los viajes malos con DMT no son raros, y pueden ser mucho más traumatizantes que con otros psicodélicos.
La DMT también puede crear una sensación de disociación entre la mente/alma y el cuerpo. Algunas personas consideran que este proceso, a veces denominado la muerte del ego, es el santo grial de los viajes con DMT. Puede ser el catalizador de cambios muy fuertes y profundos en la conciencia. Sin embargo, también puede inducir síntomas de despersonalización, que pueden ser difíciles de asimilar y de los que puede ser difícil recuperarse.
Por último, la DMT podría ser potencialmente peligrosa cuando se toma en combinación con otras drogas o medicamentos. Como regla general, la DMT no se debe mezclar con ninguna sustancia que altere los niveles de serotonina (como los medicamentos antidepresivos ISRS) o la presión arterial (como el alcohol o los medicamentos para la hiper/hipotensión). Estas interacciones pueden provocar un síndrome de serotonina o crisis hipertensivas respectivamente, que pueden tener resultados fatales. Esto es todavía más peligroso si se ingieren IMAO junto con la DMT, ya que los efectos se potencian aún más. Puedes leer más información sobre los efectos secundarios de los IMAO de la B. caapi en nuestra guía de ayahuasca para principiantes .
No hace falta decir que otras sustancias psicoactivas, como los opioides, los depresores o estimulantes del SNC, las fenetilaminas, las metanfetaminas, los barbitúricos, los antipsicóticos y otras sustancias que alteran la mente de manera intensa tampoco deben tomarse simultáneamente con la DMT. Estas interacciones todavía no se han investigado exhaustivamente, pero es muy probable que exista un grave riesgo para la salud.
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