En noviembre de 2017, la OMS (Organización Mundial de la Salud) publicó un informe de 27 páginas sobre el CBD (cannabidiol) en el que declaró que el CBD no era peligroso ni adictivo. Aunque la mayoría de las personas que usaron suplementos de CBD por diversas razones de salud ya sabían que esto era cierto por experiencia propia, el informe fue la primera muestra de apoyo al CBD por parte de una organización grande y con buena reputación.
El informe de la OMS se centró exclusivamente en el CBD, y es un documento que representa el progreso de la ciencia para acabar con algunos de los malentendidos sobre el cannabinoide. La OMS es una agencia especializada de las Naciones Unidas en la que confían países, gobiernos e individuos de todo el mundo. Por esa razón, este nuevo informe tuvo un papel importante en la determinación de cómo sería visto el CBD a partir de ese momento.
Por supuesto, el informe contiene más información y no es simplemente un veredicto de "no peligroso y no adictivo". Pero, antes de entrar en detalles, es importante tener claro qué es el aceite de CBD y qué puede hacer.
La planta de cannabis contiene más de cien cannabinoides diferentes. De estos, el CBD es uno de los más abundantes, solo superado por el THC. A diferencia del THC, el CBD no tiene ningún efecto psicoactivo. Por esta razón, el CBD se considera más útil en lo que respecta a su uso médico. Después de todo, una persona que busca aliviar un dolor crónico podría no estar interesada en un medicamento que tenga efectos secundarios psicoactivos. Las cepas de marihuana con altos niveles de CBD están ganando popularidad, pero la mayoría de las variedades aún contienen cierto nivel de THC.
Afortunadamente, el CBD se encuentra en ambos tipos de cannabis, no solo en la marihuana. El cáñamo industrial, el otro tipo de cannabis, tiene concentraciones de THC cercanas al 0%. Esta es la razón por la cual el CBD utilizado en los suplementos generalmente se obtiene del cáñamo: contiene muy poco THC. Para extraer el CBD del cáñamo, generalmente se usan técnicas de extracción de CO2, que no añaden ningún subproducto tóxico de otros solventes como el butano.
La popularidad del CBD ha ido creciendo entre los usuarios tanto para fines médicos como recreativos. Los productos tópicos con CBD se usan para hidratar la piel y combatir los síntomas de afecciones como el eccema y el acné. Este efecto, junto a la capacidad del CBD para aliviar el dolor, se debe en gran medida a las propiedades antiinflamatorias comprobadas del CBD.
El CBD no tiene ningún efecto psicoactivo, pero aun así tiene efectos relajantes y puede reducir la intensidad de los síntomas de la ansiedad y la depresión. Varias publicaciones informan que el CBD tiene estos efectos por sí solo, así como en combinación con el THC y otros cannabinoides. Al fumar marihuana, el CBD actúa contrarrestando algunos de los efectos menos placenteros como la pérdida de memoria temporal a corto plazo y la ansiedad ocasional. Esto se debe a que el CBD funciona como un antagonista de los receptores CB1 del sistema endocannabinoide, mientras que el THC es un agonista de esos receptores.
El CBD también ha mostrado ser prometedor como agente anticancerígeno. Se ha demostrado que el cannabinoide mata las células del cáncer de mama en un entorno de laboratorio, aunque el estudio se realizó en células aisladas en lugar de células presentes en un cuerpo humano o de roedor. También se ha demostrado que el CBD ralentiza el crecimiento de los tumores. A medida que se realizan más investigaciones, cabe esperar que el CBD se pueda usar para ayudar de manera efectiva con otros tratamientos contra el cáncer.
La industria del CBD también ha comenzado a usar el CBD como ingrediente en los suplementos para dormir. Técnicamente, el CBD no es un sedante, pero es sabido que ayuda a regular los ciclos de sueño junto con otros compuestos como la melatonina.
La versión completa del informe de la OMS se puede encontrar en el sitio web de la organización. Es una lectura rápida, pero hablaremos de los aspectos más relevantes de este documento aquí. El informe analiza qué es el compuesto cannabidiol, su química, usos médicos actuales, farmacología, toxicología y el potencial de dependencia y abuso del compuesto. El informe completo tiene 27 páginas, 27 páginas de información precisa, imparcial y comprobada. En las secciones del informe que tratan sobre el potencial de adicción o abuso del CDB, vemos que la OMS adopta una postura sin precedentes para una organización tan grande e influyente. Un artículo complementario de la OMS afirma que "la evidencia actual también demuestra que no es probable que pueda abusarse del cannabidiol o que este cree dependencia ..." El cannabis no contiene ningún compuesto que sea químicamente adictivo.
Sin embargo, "niveles altos" de THC pueden ser asociados con una sensación de placer, lo que puede llevar a una dependencia psicológica o adicción. Afortunadamente, el riesgo sigue siendo bastante bajo.
El informe complementario continúa diciendo que "se concluye que la información actual no justifica la inclusión del cannabidiol en las listas de fiscalización". Este documento es un informe previo a la revisión. Junto con la publicación de este documento, la OMS programó una revisión completa e integral del cannabis para mayo de 2018.
Este informe anterior a la revisión fue una noticia muy buena, porque ofreció a los países de todo el mundo una razón para comenzar a reconsiderar su legislación sobre el cannabis, o al menos sobre el CBD. El informe mostró que el CBD es esencialmente inofensivo, lo que hace que el considerarlo ilegal sea algo ridículo (especialmente cuando el CBD tiene tantos beneficios para la salud). A medida que se publiquen más investigaciones, es probable que otras partes de la planta del cannabis sean añadidas poco a poco en el programa de medicamentos de la OMS.