También conocido por muchos otros nombres (Biak-Biak, Gratom, Ithang, Kakuam, Katawn, Kedemba, Ketum, Krathom, Kraton, Kratum, Madat, hoja de Maeng Da, Mambog, Nauclea, Thang, y Thom, por mencionar algunos), el kratom es un extracto de hierbas de la Mitragyna speciosa, un árbol de hoja perenne de la familia del café (Rubiaceae), que crece en varios países del sudeste asiático, como Papua Nueva Guinea, Myanmar, Malasia, Tailandia e Indonesia.
Esta planta se ha vuelto muy popular entre personas de todo el mundo que buscan medicina alternativa para aliviar los síntomas de sus trastornos psicofísicos o acabar con su adicción a los opioides. Por otro lado, muchos usuarios siguen disfrutando simplemente de sus efectos psicoactivos recreativos, estimulantes o incluso sedantes según la dosis y la cepa.
La investigación científica llevada a cabo hasta ahora respalda de manera abrumadora los efectos terapéuticos del kratom, pero con dos reservas importantes: todavía no se han realizado ensayos clínicos en humanos a gran escala (todos los estudios son en animales, in vitro, o encuestas), y también hay estudios que indican un riesgo de efectos adversos y de desarrollo de tolerancia y dependencia al kratom. Debido a la falta de validación científica y regulación industrial de esta planta, recomendamos precaución al usarla.
Dicho esto, los numerosos beneficios del kratom que conocemos hasta ahora parecen superar los riesgos. En este artículo, analizaremos toda la información que tenemos sobre las propiedades terapéuticas de esta planta, que todavía es relativamente nueva para la ciencia, y trataremos de darte una idea objetiva de para qué puede usarse, así como de los posibles riesgos. Pero primero, vamos a ver brevemente cómo se usaba el kratom antes de que llegara a Occidente.
El kratom lleva usándose tradicionalmente durante al menos 200 años para tratar diversos síntomas médicos y psicológicos, como estimulante y para curar la adicción a los opioides. Es una parte integral de la cultura del sur de Tailandia, donde sus hojas se mastican en ceremonias y espectáculos culturales tradicionales y, de manera más informal, se consumen preparadas en un té en teterías con el fin de socializar. Los tailandeses también usan el kratom para combatir la fatiga durante el trabajo en el campo y manual, y mientras navegan. Muchos comparan el uso del kratom en las culturas indígenas del sudeste asiático con el uso de las hojas de coca en las culturas andinas sudamericanas.
Durante la epidemia de consumo de opio en Tailandia y Malasia, que duró desde la década de 1830 hasta la de 1920, el kratom se usó a menudo como sustancia sustitutiva para ayudar a los consumidores de opio a dejar esta dependencia. Después, a mediados del siglo XX, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el precio del opio se disparó en el Triángulo Dorado (la región del sudeste asiático donde se producía la mayor parte del suministro mundial), empezó una nueva ola de uso recreacional en la región. Tanto el gobierno tailandés como el malayo regularon rápidamente el kratom (Tailandia lo prohibió en 1943, Malasia en 1952). Sin embargo, dado que era una planta local abundante, fue difícil restringir su uso.
Aunque el kratom nunca llegó a ser muy popular en todo el sudeste asiático (excepto en el sur de Tailandia), su uso recreativo se debe a su bajo coste y alta disponibilidad. Sin embargo, al ser una alternativa a los opioides, cobró notoriedad y su uso fue restringido en los países de la ASEAN y en otros.
En de 2010, hubo un gran incremento de su uso entre los jóvenes de esta región , especialmente entre los jóvenes tailandeses, que inventaron un cóctel de kratom mezclado con Coca Cola, jarabe para la tos y hielo, llamado “4x100”. Esta combinación barata se volvió muy popular particularmente en las provincias musulmanas más al sur de Tailandia, donde muchos de sus usuarios también eran adictos a las metanfetaminas. Decían que tomaban drogas para olvidarse de sus difíciles vidas como plantadores de caucho y jornaleros, compensando con estos vicios la ausencia del alcohol, que era ilegal y no podía conseguirse (o era demasiado caro) en estas zonas. Con un porcentaje de uso del 94% entre los adolescentes, la epidemia “4x100” se volvió lo bastante grave como para atraer atención internacional.
Esta epidemia de abuso de kratom en Tailandia se sumó a la decisión tomada en 2018 por el Reino de Tailandia, que por lo demás es bastante estricto, de legalizar el uso medicinal del kratom , junto con el cannabis. Ambas plantas se vendían y usaban legalmente hasta que fueron prohibidas, después de lo cual la posesión de cualquiera de estas podría castigarse con una pena de prisión. Esta enmienda a la ley, aunque controvertida, fue aplaudida por la comunidad internacional por ser progresista y respetuosa de las tradiciones locales de uso de plantas medicinales.
Recientemente, el kratom ha sido ¨descubierto¨ por los consumidores de Occidente. Según la FDA, esta planta apareció en el mercado estadounidense como suplemento dietético en 1994. Durante la última década, sin embargo, su uso como curativo y psicodélico recreativo se ha disparado. Aunque el estatus de esta planta se está regulando tanto en algunos estados de EE. UU. como en ciertos países europeos, la planta no está regulada en la mayor parte del mundo y puede comprarse y enviarse. Incluso en Australia, donde el kratom fue prohibido en 2005, su importación y uso siguen siendo frecuentes con el pretexto de que es ¨té verde¨.
Los beneficios más comunes del kratom que hacen que sea consumido en Occidente son su eficacia a la hora de aliviar el dolor, ayudar con la rehabilitación de la dependencia del alcohol y los opioides, tratar diversas afecciones emocionales y mentales y, de forma recreativa, por sus efectos estimulantes, de mejora del estado de ánimo (dosis bajas) o similares a los opioides (dosis más altas).
Hay muchos testimonios de los beneficios del kratom disponibles online, llegando incluso a los principales medios de comunicación, con la publicación de Forbes de testimonios conmovedores de personas que han superado numerosos problemas personales usando esta planta. Según la Asociación Americana de Kratom (AKA) y la investigación independiente, se estima que entre diez y dieciséis millones de personas consumen kratom de forma regular actualmente en los Estados Unidos. Europa no se queda atrás, aunque es más frecuente el uso clandestino dado que algunos países ya han empezado a prohibir esta planta.
A pesar de los casos anecdóticos que mencionan sus beneficios, el kratom ha dividido tanto a la comunidad científica como a la reguladora debido a la falta de pruebas científicas concluyentes relacionadas con su seguridad y al creciente número de casos en los que se han dado efectos adversos, sobredosis y muertes.
Aunque se han realizado numerosos estudios sobre los efectos subjetivos y la psicofarmacología del kratom, los ensayos clínicos a gran escala con humanos son inadecuados. La falta de estudios hizo que la FDA eventualmente prohibiera la importación y fabricación del kratom como suplemento dietético en los EE. UU. debido a que existe “información insuficiente para ofrecer una garantía razonable de que dicho ingrediente no presenta un riesgo significativo o inaceptable de enfermedad o lesión”.
En los Estados Unidos se han dado varias muertes atribuidas al uso de kratom, y esto llevó a la DEA a anunciar su intención prohibir la planta en 2016. Sin embargo, ante la fuerte reacción del público y del congreso, así como de la comunidad científica, esta decisión fue revocada .
El argumento principal fue que el abuso de kratom está normalmente asociado con la dependencia del alcohol y/o los opioides. En otras palabras, muchas personas usan el kratom para aliviar los problemas psicológicos para los que están siendo medicadas, acabar con sus adicciones a las sustancias o, de forma recreativa, para sumar las cualidades opioides de la planta a los efectos de la sustancia que están usando. Por esto, la mayoría de las sobredosis que se han dado no pueden atribuirse exclusivamente al kratom. De hecho, solo en siete muertes del informe de 2019 sobre un período de dieciocho meses el kratom fue el único agente detectado. Los números son considerablemente menores que los de las estadísticas y estimaciones sobre las sobredosis de opioides convencionales(con un factor de> 1000).
A pesar de que ciertos estudios han encontrado que el potencial de abuso del kratom es bajo, la mayoría de las investigaciones indican que el kratom tiene propiedades adictivas. Según un estudio de 2019, el segundo alcaloide activo principal de la planta, la 7-hidroximitraginina, crea un estado de dependencia bioquímica, que lleva a “signos de abstinencia somática graves [...] y un mayor nivel de ansiedad” después de la interrupción de la administración en ratones.
En los seres humanos, los síntomas de abstinencia, que pueden incluir ansiedad, depresión, malestar físico, algo de dolor y problemas para dormir, a menudo se comparan con la abstinencia de opioides, pero normalmente se describen como significativamente menos intensos. De hecho, según un estudio reciente “estos efectos parecían ser relativamente leves, ya que la mayoría de los participantes no buscaban tratar el dolor y los problemas de sueño y, de hecho, los efectos de abstinencia solo duraron entre uno y tres días”. Hacerse adicto al kratom para curar la adicción a la heroína o a la metanfetamina actualmente parece ser el menor de los dos males.
Por último, existe un peligro que no se atribuye a la planta en sí, sino que es una consecuencia de su estado no regulado: algunos productos de kratom disponibles en el mercado puede que no sean muy seguros. Hasta el 24 de mayo de 2018, se han dado 199 casos de personas en 41 estados de EE. UU. infectadas por la bacteria Salmonella después de consumir productos de kratom. Aunque no se han registrado muertes debido a este brote, la intoxicación por Salmonella es potencialmente fatal. Por esto, los productos de kratom deben comprarse solo en proveedores de confianza con un historial demostrado.
Aunque debemos señalar de nuevo que los resultados de la investigación que leerás aquí no deben tomarse al pie de la letra, los estudios en animales y las encuestas a usuarios humanos que presentaremos son numerosos y prometedores, aunque los resultados pueden, a veces, ser contrarios. En cualquier caso, se trata de un campo nuevo y carece de ensayos clínicos en humanos a gran escala, por lo que solo podemos extrapolar basándonos en los hallazgos disponibles en este momento. Sin más preámbulos, estos son algunos de los problemas psicosomáticos más notables contra los que el kratom parece ser eficaz.
En un estudio realizado en 2018 en ratas, se ha demostrado que la mitraginina ayuda a reducir la autoadministración de heroína. Sin embargo, tuvo poco efecto sobre la autoadministración de metanfetamina. Un estudio realizado en 2019 encontró que la mitraginina ayudaba a disminuir la autoadministración de morfina en ratas, mientras que el otro alcaloide activo en el kratom, la 7-hidroximitraginina, incrementaba la ingesta de morfina.
Ambos estudios indican que la mitraginina puede ayudar a reducir la dependencia de opioides y que el compuesto en sí tiene un bajo potencial de abuso. Sin embargo, la 7-hidroximitraginina, presente en el kratom en cantidades mucho más pequeñas que la mitraginina (de 2% a 60%), en realidad parece fomentar la adicción y ser una sustancia adictiva en sí misma.
El razonamiento químico detrás de los beneficios antiadictivos del kratom es que este interactúa con los mismos receptores que los opioides clásicos (los receptores μ-opioides), pero que, a diferencia de estos, no recluta la proteína β-arrestina. Cuando esta proteína no se recluta, no se envían señales químicas que pueden causar efectos secundarios como insuficiencia respiratoria, lo que lleva a una probabilidad significativamente menor de sobredosis (por un factor de 1.000). Dicho de forma más simple, esto significa que los alcaloides del kratom imitan el efecto de los opioides, pero, en gran medida, no imitan sus efectos secundarios.
Por último, en el estudio de 2019 también se indicaba que la 7-hidroximitraginina, el componente adictivo del kratom, también era más susceptible que la morfina al tratamiento con productos farmacéuticos clásicos contra la adicción. Esto parece implicar que el volverse adicto al kratom para eliminar una adicción a los opioides vale la pena, ya que la dependencia de kratom parece significativamente más gestionable.
Los resultados de una encuesta online de más de 3.000 usuarios de kratom respaldan todavía más su eficacia en la lucha contra la adicción. Según el estudio “Más del 90% de los encuestados que lo tomaron en lugar de tomar opioides indicaron que les sirvió para aliviar el dolor, reducir el consumo de opioides y aliviar los síntomas de la abstinencia”.
En términos prácticos, se informa que los efectos positivos del kratom contra la adicción en humanos son la mejora del estado de ánimo, la regulación del apetito y el sueño, la reducción del dolor, la ansiedad, los calambres, las náuseas, los vómitos y el deseo de tomar el opioide en cuestión.
Algunas de las mejores variedades de kratom usadas para controlar la adicción a los opioides son: Bali de vena roja, Sumatra de vena roja, Maeng Da, Thai verde y Malay verde.
El control efectivo del dolor es uno de los beneficios más buscados del kratom y la principal causa de la popularidad de la planta. Varios estudios y una revisión de la investigación ya han presentado y debatido extensamente los efectos analgésicos de la mitraginina.
La investigación más relevante, sin embargo, es muy reciente. Según un estudio de 2020 llevado a cabo en ratas, la mitraginina reduce con éxito el dolor neuropático inducido por la quimioterapia. Las ratas fueron inyectadas con oxaliplatino (un fármaco quimioterapéutico) y fueron tratadas con mitraginina durante 5-7 días. En dosis bajas de 5 o 10 mg/kg, este compuesto redujo significativamente el dolor experimentado a través de la interacción con los receptores adrenérgicos α, revelando que también tiene un efecto sobre el sistema adrenérgico. Este estudio es importante puesto que es el primero que realmente nos da una idea de los procesos bioquímicos detrás del efecto analgésico del kratom.
Las mejores cepas de kratom que tienen un fuerte efecto analgésico son: Maeng Da rojo y Bali de vena blanca y vena roja.
Una dosis baja de 2 gramos es eficaz para tratar el dolor. El efecto dura de cuatro a seis horas y es eficaz en el caso de afecciones como osteoartritis, osteomalacia, osteoporosis, dolor de espalda crónico, artritis reumatoide, dolor en las articulaciones y otras.
Además de tratar el dolor como síntoma, el kratom también ha demostrado su eficacia a la hora de aliviar la causa de muchos dolores localizados: la inflamación. Aunque no entendemos lo suficiente este mecanismo de acción, se piensa que mediante su acción inhibidora sobre el sistema parasimpático, la mitraginina puede causar la contracción de los vasos sanguíneos y exhibir su efecto antiinflamatorio.
Las cepas y las dosis para la inflamación son parecidas a las que se toman para el control del dolor.
Se ha demostrado que el kratom tiene efectos estimulantes cuando se toman dosis bajas. Esto se traduce en una mayor energía y concentración. Los mecanismos de acción asumidos que contribuyen a este efecto son:
Las mejores cepas de Kratom recomendadas si buscas energía y concentración son: Maeng Da de vena roja, todas las cepas de Bali, Malay verde, Borneo de vena roja, Thai de vena blanca y Sumatra de vena blanca.
Es suficiente tomar pequeñas dosis de entre 1 y 4 gramos para conseguir efectos estimulantes leves.
Una revisión de una investigación de 2017 descubrió que los consumidores de kratom consideran que la mejora del estado de ánimo y el alivio de la ansiedad son algunos de los beneficios de esta planta. El efecto analgésico que resulta de la unión de la mitraginina a los receptores opioides en el cerebro juega un papel en los efectos antiestrés, antidepresivos y ansiolíticos del kratom.
Las cepas de kratom de vena roja se recomiendan para mejorar el estado de ánimo, específicamente las cepas Borneo, Indo y Bali.
Las dosis bajas de unos pocos gramos deberían ser suficientes para los que quieran aprovechar este efecto del Kratom.
Al tomar dosis más altas, algunas cepas de Kratom tienen un efecto sedante. Esta sedación puede ayudar a los que tienen problemas para dormir. Sin embargo, dado que se necesitan dosis más altas, es más probable que el usuario desarrolle una dependencia del kratom, por lo que no se recomienda tomarlo de esta manera frecuentemente.
Las variedades de vena roja supuestamente son las más calmantes, especialmente las variedades Thai rojo y Maeng Da rojo.
Las dosis necesarias dependen de la experiencia que se tenga con el kratom: 3 gramos deberían ser suficientes para los principiantes, mientras que más de 5 gramos son adecuados solo para los consumidores con experiencia.
Los principales procesos de deterioro que causan el envejecimiento y las enfermedades son los subproductos de la oxidación de nuestras células. El cerebro es especialmente vulnerable a la oxidación y la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas tienen como origen este proceso.
En un estudio in vitro de 2014, se ha demostrado que la mitraginina tiene efectos antioxidantes moderados, citotóxicos dependientes de la concentración y profundos efectos antiproliferativos. Esto significa que, fuera del contexto del organismo, el principal compuesto del kratom parece ayudar a la preservación celular al impedir la proliferación y oxidación, e incluso ataca a las células cancerosas. Es necesaria mucha más investigación para comprobar estos efectos, por supuesto, pero los resultados de este estudio son prometedores.
Un estudio de 2008 realizado en ratas mostró que el extracto de kratom tiene un efecto antidiarreico e inhibe el tránsito intestinal. Estos efectos son similares a los de la morfina, y se supone que son el resultado de la acción directa del fármaco en los sitios receptores de opioides intestinales. Los resultados dependieron de la dosis y los investigadores usaron dosis sustanciales (50-400 mg/kg).
En estudios realizados en animales, los efectos antinociceptivos y supresores de la tos de la mitraginina eran comparables a los de la codeína. Usar los beneficios antitusivos (contra la tos) del kratom es una de las formas más tradicionales de uso de esta planta. Sin embargo, parece que se necesitan dosis altas para suprimir la tos, por lo que, al igual que ocurre con el jarabe para la tos, existe la posibilidad de abusar.
Múltiples estudios han concluido que, cuando los beneficios del kratom se combinan, incluyendo sus efectos antiproliferativos, antioxidantes y antibacterianos, así como sus efectos antiinflamatorios y su inhibición de la permeabilidad vascular se obtiene un efecto general positivo de esta planta sobre el sistema inmunológico.
La manera tradicional de obtener los beneficios del kratom es masticando sus hojas. Estas también se pueden secar y pulverizar, y después tragarse en forma de cápsulas o preparar un té. El extracto de kratom puede usarse para preparar un producto líquido o también se puede infundir en chicles. Algunos optan por fumar las hojas secas de kratom o el extracto, aunque esta parece ser la forma de ingestión menos eficaz.
El kratom tiene una tasa de absorción oral bastante pobre, aunque, gracias a los numerosos otros alcaloides que contiene la planta, sigue superando significativamente al de la mitraginina sola. Aún así, para maximizar los beneficios del kratom, recomendamos usar una de las técnicas de potenciación. Todos estos métodos son anecdóticos, pero sus explicaciones bioquímicas tienen sentido. A continuación, te ofrecemos una explicación rápida de los métodos principales:
Dicho todo esto, te aconsejamos que vayas poco a poco al tomar kratom. El uso de esta planta genera tolerancia y dependencia con el tiempo y se desconocen los efectos secundarios a largo plazo. Hasta ahora, los supuestos beneficios del kratom parecen superar sus riesgos, pero la investigación todavía está en una fase incipiente y es mejor ser prudente al no tener datos suficientes.