La N, N-dimetiltriptamina, o DMT, es un compuesto fascinante, que ha desconcertado a los psiconautas y ha eludido los esfuerzos de explicación científica durante décadas. Es una de las moléculas psicoactivas más potentes que conocemos, induciendo experiencias visuales hiperdimensionales extremadamente vívidas, aunque de corta duración en los usuarios. Estas visiones fantasmagóricas a menudo incluyen escenarios de otro mundo, intrincadas estructuras cuánticas multidimensionales, fractales transformadores complejos exquisitos y poderosas entidades alienígenas con habilidades telepáticas.
Presente en cientos de especies de plantas en todo el mundo, no es de extrañar que la dimetiltriptamina o DMT se haya usado durante siglos. Los primeros indicios que tenemos de su uso provienen del análisis del radiocarbono de huesos de puma descubiertos en la Argentina de hoy. El método de datación que los investigadores usaron sugiere que los rastros de DMT encontrados dentro de estos huesos, que supuestamente que se usaron como dispositivos de insuflación en los rituales, pueden datar de 2130 a. C
La DMT en cuestión habría provenido del fluido resinoso de la corteza interna de varios árboles del género virola o de los granos de las plantas Anadenanthera peregrina o Anadenanthera colubrina. El rapé de virola se denomina epená y fue y es utilizados por pueblos indígenas en la cuenca del Orinoco en Venezuela. El rapé de Anadenanthera es utilizado por los pueblos indígenas guahibo en la cuenca colombiana del Orinoco, y es conocido como yopo (también llamado cohoba, vilca y huilca). Antes de que la conquista española los erradicara, los indios taínos también usaban este rapé en las islas del Caribe. Los artefactos que construyeron para preparar el rapé datan de entre 1000 y 1500 d.C.. Una bolsa chamánica descubierta recientemente en el sur de Bolivia, contiene rastros de muchos compuestos psicoactivos, incluyendo DMT, así como tubos de huesos tallados y artefactos de madera para la insuflación. Se supone que tiene alrededor de 1000 años.
Los pueblos indígenas actuales de Colombia, Ecuador, Perú y Brasil también usan plantas que contienen DMT, a saber, Psychotria viridis y Diplopterys cabrerana, y, en menor medida, Psychotria carthaginensis en la preparación de sus respectivas infusiones sagradas ayahuasca y yagé. Estas plantas se usan como aditivos en el proceso de elaboración de las infusiones, no como ingredientes principales, y su finalidad es potenciar y enriquecer los efectos de la vid principal aya waska (Banisteriopsis caapi). Aunque es probable que la ayahuasca sea una infusión antigua, rastrear su uso a lo largo de la historia ha sido difícil. Los dispositivos de insuflación de yopo y epená son bastante inconfundibles, y la función de los artefactos utilizados en la preparación del rapé es bastante indicativa también. Sin embargo, las ollas usadas para las infusiones y los recipientes para beber también tienen otros usos diversos, por lo que estos hallazgos no pueden considerarse una prueba concluyente de para qué se usaban. Aun así, existe un cuenco con aspecto ceremonial particularmente llamativo hecho de piedra, cincelado con mucho cuidado y muy decorado con figuras zoomorfas y antropomórficas posiblemente mitológicas. Fue descubierto en la Amazonía ecuatoriana, y data de entre 500 a. C. y 500 d. C. Si se usó o no como un vaso de brujo para beber ayahuasca colectivamente, no podemos estar seguros.
En cuanto al mundo occidental, el conocimiento de la existencia de la DMT comenzó con su síntesis química, realizada por Richard Helmuth Fredrick Manske en 1931. Sin embargo, fue Stephen Szára quien investigó y describió por primera vez los efectos psicodélicos de la DMT en 1956. La DMT consecuentemente despertó el interés científico a lo largo de las décadas de 1960 y 1970, con investigaciones centradas en su prevalencia, propiedades bioquímicas, potencial clínico y posible conexión con la psicopatología. Sin embargo, junto con otras sustancias psicodélicas, dejó de ser objeto de investigación científica a fines de la década de 1970, por las fuertes regulaciones legales establecidas a nivel mundial. En la década de 1990, hubo un resurgimiento del interés en la DMT con la investigación de Rick Strassman, un psiquiatra y psicofarmacólogo de Nuevo México. Strassman fue la primera persona en obtener permiso federal y fondos para realizar estudios que incluyeron la administración de psicodélicos a sujetos humanos en casi 20 años. Es ampliamente considerado como el iniciador del "renacimiento psicodélico".
En el transcurso de cinco años, administró aproximadamente 400 dosis de DMT a casi cinco docenas de voluntarios humanos. En esta investigación, describió los efectos biológicos y psicológicos de la DMT y creó una escala de calificación de las experiencias alucinógenas (HRS) estadísticamente sólida. Sus estudios también mostraron que no se forma tolerancia a la DMT, incluso si la ingestión se repite en dosis menos distanciadas, siendo distinto a otros psicodélicos en este sentido. Documentó su investigación en detalle en su libro DMT: The Spirit Molecule.
Hoy en día, además de ser objeto de investigación clínica, la forma extraída y cristalizada de DMT se usa de forma recreativa. Se fuma por sí sola o como una mezcla de varias hierbas (llamada changa) combinadas para calmar el efecto del humo fuerte en los pulmones y equilibrar el viaje. Una encuesta realizada en 2010 con usuarios recreativos australianos encontró que, la changa era el método preferido de uso entre estos, con el 98,3% de los encuestados confirmando que habían fumado DMT de esta manera. Un porcentaje menor, el 30,6%, habían probado DMT como parte de una experiencia de ayahuasca.
El DMT es una sustancia recreativa común, especialmente entre los jóvenes. La Encuesta Global sobre Drogas realizada en 2019 informó que el 8,2% de los encuestados habían probado DMT al menos una vez en la vida, y que el 4,2% lo había hecho en los últimos 12 meses. Más de la mitad de los encuestados (56.8%) tenían menos de 25 años.
La dimetiltriptamina existe en abundancia en toda la naturaleza. Algunas de las fuentes más conocidas son:
Además de estos, sabemos que la N, N-DMT puede encontrarse también en cientos de otras plantas en cantidades variables. Es probable que se descubra en cientos más. La molécula también se ha encontrado en cerebros de ratas, pulmones de conejos y líquido cefalorraquídeo humano, sangre y orina. Según Rick Strassman, este compuesto místico puede existir en cada mamífero.
Existen muchas formas de extraer dimetiltriptamina de base libre de las plantas que la contienen. La química necesaria es simple en teoría, pero el proceso de extracción en la práctica debe abordarse con precaución y llevarse a cabo con precisión para evitar posibles accidentes químicos y obtener resultados de buena calidad. El método más sencillo para extraer DMT es disolver la materia vegetal, que debe estar finamente molida, en una solución base, el hidróxido de sodio (NaOH) siendo el solvente más común. Las moléculas de DMT se liberan en el líquido y necesitan separarse de la solución. Dado que no están polarizadas, esto se hace con un solvente no polar como la nafta. La nafta atraerá las moléculas de DMT y hará que floten hacia la superficie, formando una capa separada. Todo lo que queda entonces es extraer la DMT, congelarla, filtrarla usando un filtro de café y secarla para obtener el cristal puro.
Se puede realizar un paso adicional para purificar aún más la DMT, la recristalización, que consiste en disolver el polvo obtenido en la primera extracción en un disolvente no polar. Un buen solvente para este paso es un alcano puro como el heptano. Añadir calor hará que la DMT se disuelva más fácilmente. Sin embargo, la mayoría de las impurezas comunes que quedan de la extracción inicial no se disolverán en absoluto, y pueden separarse por decantación simple.
Es por eso que la recristalización puede ser un paso importante. Cuando la DMT se disuelve, debe congelarse y después filtrarse y secarse nuevamente. Este proceso puede repetirse para un refinamiento aún mayor. métodos más complejos de extraer DMT de base libre y, en términos generales, cuanto más trabajo requiera, mejor y más puro será el resultado. Puedes encontrar muchos métodos descritos con gran detalle aquí. El tek de Noman es un proceso que se usa comúnmente, y es el mejor en cuanto a la relación esfuerzo-calidad del resultado.
Aunque las plantas que contienen DMT no son ilegales, una vez extraída la DMT, esta se convierte en una sustancia ilícita, según la Convención de las Naciones Unidas sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971. Sin embargo, el grado en que se aplica esta ley generalmente depende de la concienciación del gobierno sobre la existencia de esta sustancia. En cuanto a las pruebas de drogas, la DMT es prácticamente imposible de detectar. El cuerpo la metaboliza rápidamente, por lo que es imposible analizarla a menos que la prueba se realice inmediatamente después de la ingestión. Las pruebas típicas de drogas (incluso las extensas) no incluyen DMT por esta misma razón, y tampoco es químicamente similar a las sustancias que generalmente se detectan en una prueba, por lo que la probabilidad de obtener un falso positivo para otras drogas es prácticamente cero.
Puesto que la DMT existe en todo nuestro cuerpo, estamos muy acostumbrados a su presencia. Como derivado del aminoácido esencial triptófano (que es un importante regulador de la serotonina), es posible que nuestros cuerpos puedan sintetizarlo incluso al comer algunos de los numerosos alimentos en los que se encuentra. (es decir, pavo, pollo, carne, queso, yogur, huevos, chocolate, pescado, etc.) Sin embargo, no estamos bajo el efecto de la DMT en nuestra vida diaria. Esto se debe a que tenemos enzimas en los revestimientos de nuestros estómagos que oxidan esta molécula. Estas enzimas se llaman enzimas monoamino oxidasa (MAO) y, debido a ellas, cualquier DMT que tomamos por vía oral se descompone y se vuelve ineficaz casi de inmediato.
Sin embargo, si tomamos DMT en combinación con inhibidores de la MAO, como las β-carbolinas que se encuentran en B. caapi, la planta principal usada en la elaboración de la ayahuasca, la DMT no se descompone y pasa por el estómago intacta, llegando al torrente sanguíneo y, en última instancia, al cerebro.
Fumar y la insuflación también son formas efectivas de consumir DMT porque se evitan los procesos del metabolismo en el estómago. Un aspecto interesante es que los hongos psilocibios en realidad contienen una versión modificada de la molécula DMT. La psilocina, el compuesto activo de los hongos alucinógenos, y en el que la psilocibina se convierte después de la ingestión, es en realidad 4-hidroxi-DMT. Los cuatro radicales OH protegen la DMT de la descomposición de la MAO y le permiten llegar al cerebro y lograr su efecto psicodélico.
La noción de la existencia de la DMT en tantos seres vivos llevó a muchos a creer que puede haber un mecanismo de producción endógena de la dimetiltriptamina en los cerebros humanos. Concretamente, según las suposiciones de Rick Strassman, esto ocurriría en la glándula pineal. Strassman también especuló en su libro que la secreción de DMT es concurrente con estados "psicodélicos" que ocurren naturalmente, incluyendo "durante el nacimiento, muerte y casi muerte, psicosis y las experiencias místicas". Sin embargo, ninguno de estos supuestos ha sido científicamente comprobado.
El Dr. David Nichols argumenta lo contrario, afirmando que cualquier nivel endógeno de DMT sería teóricamente insuficiente para ser transportado activamente en el cerebro. Debido a esto, él cree que el DMT no puede actuar como neurotransmisor y alucinógeno durante el nacimiento, las experiencias cercanas a la muerte y el sueño. Se ha demostrado que la DMT tiene una afinidad por los receptores Sigma-1, y usamos esta acción de enlace a menudo a la hora de hablar sobre los efectos de DMT. Sin embargo, Nichols también afirma que la concentración de DMT no puede alcanzar niveles lo suficientemente altos como para unirse con estos receptores (incluso en casos de inyección intravenosa).
Existe una sucesión de eventos bioquímicos complejos que aún no entendemos y que tienen lugar en el cerebro después de la ingestión de cualquier compuesto psicodélico. Por ejemplo, el Dr. Steven Barker habla sobre un estudio que realizó con el difunto Dr. Robert Harrison, en el que registraron un aumento de diez veces en la concentración de 5-MEO-DMT y un aumento de cuatro veces en la concentración de N, N-DMT en ratas a las que se les administró un compuesto psicodélico completamente diferente: LSD. También se registró un aumento de la N, N-DMT cuando los roedores recibieron anfetaminas.
Lamentablemente, estos estudios nunca se han publicado debido a la falta de fondos y al fallecimiento inesperado del Dr. Harrison al finalizar su disertación. Aun así, si sus hallazgos son correctos, podrían indicar que el aumento en los niveles de DMT puede ser una respuesta bioquímica al estrés, o puede estar de alguna manera relacionado con mecanismos de autoconservación. De la misma manera, la ingestión de DMT puede causar una serie de otros procesos neuroquímicos que aún no hemos estudiado, pero que podrían ofrecer una mejor explicación de los efectos místicos de una experiencia con DMT.
Por otro lado, también sabemos que la DMT no solo tiene afinidad por el receptor Sigma-1. Al igual que otros psicodélicos, se une al receptor 5-HT2A, así como a varios otros receptores 5-HT y a una clase completamente diferente de receptores asociados a aminas traza. Además, los alucinógenos serotoninérgicos como la DMT activan los receptores de glutamato frontocorticales. Sin embargo, nada de esto responde al enigma: saber a qué receptores se une un compuesto no explica de dónde provienen los efectos psicodélicos.
En este artículo, nos centraremos en el consumo de DMT fumada.Cuando se fuma, el viaje de DMT es casi inmediato y dura bastante tiempo, hasta 15-20 minutos. Sin embargo, este tiempo real no se siente así durante la experiencia. Ingerir IMAOs, una forma de pharmahuasca, una manera de imitar sintéticamente un viaje de ayahuasca, antes de fumar DMT puede extender el viaje sustancialmente. Los efectos de la DMT variarán dependiendo de la dosis y de si se fuma el cristal puro o una mezcla de hierbas llamada changa.
El humo resultante de quemar DMT pura tiene un efecto particularmente severo en los pulmones. El cristal requiere una gran cantidad de calor para derretirse eficazmente, por lo que se recomiendan encendedores de antorcha en lugar de los normales. Lo mejor es fumarlo en una pipa de vidrio, ya que el fuego no debe entrar en contacto directo con el cristal porque lo cocinará en exceso. Las pipas de vapor más novedosas tales como eagle-bill o smoke-bubble se están convirtiendo en la opción favorita de muchos usuarios, quienes enumeran sus efectos beneficiosos sobre los pulmones, la seguridad y la eficacia (se necesitan dosis de cinco a diez veces más bajas que para los métodos que necesitan fuego) como argumentos a favor de esta alternativa.
Las dosis reales de DMT necesarias para fumar son las siguientes: menos de 20 mg se considera una dosis baja, 20-35 mg una dosis estándar, y cualquier dosis superior a 35 mg es una dosis fuerte. Sin embargo, siempre es mejor empezar con dosis más bajas (10-15 mg) y evaluar tu tolerancia a medida que avanzas. Obtendrás los mejores resultados si logras fumar la dosis completa de DMT de una sola vez, pero 2-3 veces también funcionarán, siempre que puedas mantenerte consciente durante el tiempo suficiente. Los ejercicios de respiración cortos antes de fumar son algo que debes considerar, ya que pueden ayudar a preparar tus pulmones. Masajear el pecho y el área de la glándula timo mientras inhalas y exhalas tanto como sea posible durante unos minutos debería tener efectos benéficos.
Teniendo en cuenta la dureza del humo, puede que necesites varios intentos para refinar tu técnica. Un buen consejo es no inhalar todo el humo a la vez, ya que puede provocar un ataque de tos. Más bien, trata de sorber el humo lentamente. Una vez que inhalas el humo, debes intentar mantenerlo en los pulmones durante unos segundos. Después, si has fumado suficiente, prepárate para el viaje.
En dosis bajas, la DMT puede hacer que te sientas aturdido y feliz, con sensaciones agradables de hormigueo, mejor humor y ansiedad leve. Lo que la mayoría de las personas experimentan en los viajes leves son imágenes con los ojos cerrados, como luces de colores, patrones geométricos y fractales. Las imágenes vistas con los ojos abiertos son similares a las distorsiones espaciales del LSD, pero con una sensación holográfica más vívida. En los viajes con dosis media, algunos usuarios afirman que se han encontrado entidades o han visto su entorno transformado significativamente.
Un aspecto común en las experiencias más leves es la sensación de presencia en el cuerpo. Cualesquiera que sean las visiones que tengas con los ojos abiertos o cerrados, generalmente son seguidas de una conciencia subyacente de que todavía estás en esta realidad. Estos viajes se pueden comparar con altas dosis de hongos o LSD, y pueden producir grandes beneficios psicológicos y espirituales.
Sin embargo, el viaje con DMT puro en toda regla, también conocido como una experiencia "breakthrough" o "derribar la puerta", no se parece a ningún otro. Es pura locura, desconexión total de la realidad corporal. Puede ser abrumador y difícil de recordar y asimilar.
Muchos usuarios caracterizan un viaje "breakthrough" de DMT como un despegue hacia el hiperespacio. A diferencia de otros psicodélicos, la DMT no modifica la realidad predeterminada, sino que impulsa al usuario a su propia realidad, con espacios, escenarios y entidades imposibles de imaginar o entender. El alma parece abandonar el cuerpo físico y perder contacto con él. El mundo que te rodea se desintegra y el tiempo ya no existe. Gran parte de lo que hace que tú seas tú, como tus recuerdos, idioma, rasgos de personalidad, inteligencia, lo que te importa, etc., también deja de ser relevante en este mundo alternativo. Aquí es donde se revela el verdadero potencial de la DMT: puede llevarnos lo más cerca posible a la muerte, y hasta el punto de no tener otra opción que rendirnos y abrazarla.
Aparte de este sentimiento de disolución del ego, o muerte del ego, el solo hecho de presenciar tal asombroso y mágico mundo es suficiente para cambiar a una persona para siempre. El sentimiento de saber definitivamente que algo tan extraño a nuestra comprensión, tan increíblemente vasto y poderoso existe ahí fuera, y que incluso se siente más real que la realidad predeterminada, puede inducir una inmensa humildad y aprecio por lo sagrado y la improbabilidad milagrosa de nuestra vida. También puede inculcarnos una conciencia de que de allí venimos y allí volveremos, a una realidad infinita y eterna mucho más compleja que nuestra pequeña existencia en 3D. En resumen, puede enseñarnos a no tomarnos demasiado en serio y a vivir de manera más plena, agradecida y poderosa.
Los viajes con DMT normalmente se experimentan con los ojos cerrados. Sin embargo, si tomas una dosis "breakthrough", no importará si están cerrados o abiertos. Si intentas mantener tu conciencia en tu cuerpo y resistir el impulso de cerrar los ojos, puedes ser testigo de algo muy diferente después del momento máximo del viaje: la asombrosa fusión del espacio DMT y las entidades con nuestro mundo 3D. Puedes experimentar transformaciones salvajes y un movimiento increíble de materia y energía en todas partes a tu alrededor. Las alucinaciones con los ojos abiertos con altas dosis de DMT son incomparables con cualquier otra experiencia psicodélica.
La mezcla de changa fue creada para hacer que el humo del DMT sea más fácil de inhalar y equilibrar el viaje, haciéndolo más integrado, conectado y relevante para la experiencia humana. Changa es una infusión de DMT y hierbas como B. caapi, gordolobo, pasiflora, menta y otras. Como generalmente contiene B. caapi, puedes considerarlo ayahuasca fumable. La changa es bastante fácil de hacer. El cristal DMT simplemente se derrite en una superficie calentada por vapor en unas pocas docenas de mililitros de cualquier alcohol o etanol de alta calidad, y después se añade la mezcla de hierbas y se agita enérgicamente. Las hierbas se secan rápidamente con este método y la changa está lista para ser fumada en unos minutos.
La parte herbal de la mezcla de changa debe ser de al menos el 25% de B. caapi. Se puede usar tanto la hoja como la corteza de la vid. Es mejor si la mezcla contiene ambas, si están disponibles. La vid en sí sirve para activar y potenciar el DMT y las demás hierbas, al igual que en la ayahuasca. Variar las demás hierbas puede intensificar diferentes aspectos del viaje, o catalizar los efectos curativos de las hierbas respectivas. Una receta clásica es: 30% de vid y/o hoja de ayahuasca, 20% de gordolobo, 20% de pasiflora, 20% de menta, 5% de caléndula, 5% de loto azul. La caléndula y el loto azul deben añadirse después de que la infusión de DMT y el secado hayan finalizado. Deben retirarse los palos y tallos de todas las hierbas. Se puede utilizar un molinillo de café para garantizar un resultado homogéneo.
Una proporción de DMT estándar para una mezcla suave de changa es de alrededor del 25% del contenido en peso. Por lo tanto, en cuatro gramos de changa, habría un gramo de DMT. Esto equivale a 30 experiencias leves, 20 experiencias moderadas, 10 experiencias fuertes o 5 experiencias extremas. Una mezcla de DMT al 30% es más fuerte, y las mezclas de DMT al 40-50% son muy fuertes y equivalen, o incluso superan, el efecto de fumar DMT de base libre por sí solo, debido al efecto combinado de las hierbas.
La changa proporciona más versatilidad en potencia y efectos que la DMT en forma de cristal puro y, debido a la presencia de B. caapi, que tiene inhibidores de la MAO, la DMT permanece activa por más tiempo. Las mezclas suaves de changa permiten a los usuarios acceder al espacio DMT de una manera cómoda y benéfica, que no requerirá días o años para procesar. Las mezclas fuertes, por otro lado, debido a que pueden ser fumadas fácilmente, permiten a los usuarios tener experiencias tipo "breakthrough" con menos estrés pulmonar y menos probabilidades de toser o tener arcadas. La changa también se puede vaporizar, al igual que el cristal puro.
La DMT es un alucinógeno altamente potente que causa una amplia gama de cambios en la fisiología y la percepción.
Los efectos secundarios fisiológicos más comunes incluyen: aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, mareos, confusión, falta de coordinación, náuseas (si se toma DMT con ayahuasca), escalofríos, espasmos y, potencialmente, una pérdida de la conciencia. Si tienes una afección cardíaca preexistente, como hipertensión, debes tomar muchas precauciones al fumar DMT o evitar fumarla por completo.
La pérdida de coordinación significa que no se recomienda realizar actividades físicas bajo el efecto de la DMT, ya que puedes lesionarte. La dimetiltriptamina se disfruta mejor en un ambiente espacioso y cómodo, acostado y con una persona de confianza sobria a tu lado.
Las distorsiones visuales causadas por la DMT pueden alterar por completo tu percepción del medio ambiente. Esto puede provocar una gran confusión, que puede convertirse en ansiedad o pánico. Las visualizaciones con los ojos cerrados también pueden ser abrumadoras y pueden causar una sensación de incomodidad o miedo o, en casos más extremos, un trauma psicológico. Los malos viajes con DMT no son raros, y pueden ser mucho más desgarradores que con otros psicodélicos.
La DMT también puede crear un sentimiento de disociación entre la mente/alma y el cuerpo. Algunos consideran la pérdida de esta conexión como el sello distintivo de la experiencia con DMT, y puede catalizar cambios increíblemente poderosos y profundos en la conciencia. Sin embargo, también puede producir síntomas de despersonalización, que pueden ser difíciles de asimilar y de los que es difícil recuperarse.
Por último, los casos en que la DMT podría ser potencialmente peligrosa son aquellos en los que se usa en interacción con otras drogas o medicamentos. Principalmente, no debe mezclarse con ninguna sustancia que influya en los niveles de serotonina (como los medicamentos antidepresivos) o altere la presión arterial (como el alcohol o los medicamentos para la hiper/hipotensión). Estas interacciones pueden conducir al síndrome de serotonina o crisis hipertensiva respectivamente, los cuales pueden tener resultados fatales. Esto puede ser aún más graves si se usan IMAOs en combinación con DMT, ya que potencian aún más estos efectos.
No hace falta mencionar que otras sustancias psicoactivas, como los opioides, depresores o estimulantes del SNC, fenetilaminas, metanfetaminas, barbitúricos, antipsicóticos y similares no deben usarse simultáneamente con la DMT. Sus interacciones aún no se han investigado por completo, pero es razonable suponer que existe riesgo de daños.
Por último, te recordamos de nuevo, que, cuando fumes DMT, debes tener siempre a tu lado a una persona de confianza sobria en caso de que algo salga mal. Esperamos que esta guía haya sido informativa y útil para tus iniciativas psiconáuticas. ¡Que tengas un viaje seguro!